Latino prefiere no mudar de país por estrés al cambio

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Pareciera cosa simple, pero desde el momento en que tratas de meter tu vida en una maleta, sientes como poco a poco los nuevos retos empiezan a aparecer. A pesar de como la mayoría de tus amigos o conocidos pudieran pensar, la decisión de mudar de país mueve todo tu mundo interno. No es cosa fácil, ni decisión que se tome de la noche a la mañana, o tal vez sí, es cuestión de cada persona, el punto es que, tú y solo tú, sabes las razones o motivos que te hacen cambiar. Evolucionar. Avanzar hacia nuevas metas, o tal vez solo alejarte para saber cuales son esas metas. No temas. No le debas razones a nadie. Atrévete a hacer un cambio por tu bien personal, profesional, familiar o sean cual sean tus razones. Verás que en cuanto te empieces a enfrentar a nuevos retos, descubrirás facetas en ti que desconocías.

Déjate sorprender por el mundo. Aprende y amplía tus perspectivas y conocimientos. Tal vez la vida te de algunos cuantos golpes, pero a través de esas lecciones crecerás en humildad y personalidad. Añorarás y valorarás lo que un día dabas por hecho. Definitivamente extrañarás tus raíces, amigos y familia, pero recuerda:

“El mundo es un libro y aquellos que no viajan solo leen una página”. – San Agustín

Crea recuerdos que no te abandonarán, y si estás a punto de salir de casa o ya has estado durante un tiempo fuera, seguro te sentirás identificado con algunas de estas cosas que definitivamente cambian cuando vives en otro país.

 

  1. Emoción a flor de piel

Desde que te marchas tu vida es un vaivén de emociones inesperadas, de aprendizajes e improvisaciones que a la primera no sabes como tomar. Es normal que los primeros meses te sientas agobiado, que a veces sientas que no puedes y de repente quieras volver, pero ten paciencia, es parte del proceso de adaptarte a una nueva ciudad. Destiérrate por un rato de la rutina y dale paso a la adrenalina de conocer nuevos lugares, lenguajes, costumbres y personas.

 

  1. Te quedas sin palabras

Después de un tiempo luchando contra tus propios demonios y aceptando las nuevas realidades, el resultado es una contradicción de tus propias palabras, a veces te toca morderte la lengua, ya que empiezas a disfrutarlo, a tener mil y una anécdotas que muchas veces no podrás contar, y no porque sean malas, sino porque no querrás sonar pretencioso o agobiante con tus viejos conocidos acerca de tu nueva vida en tu otro país.

 

  1. Bienvenida libertad

No hablamos de alocarnos y hacer todo sin frenesí. Tal vez los primeros meses puedan ser un poco alocados y tener más fiesta por aquí y por allá, sobretodo cuando te mudas con amigos, sin embargo, la sensación de libertad, ahora, es distinta. Salir de casa de tus padres, alejarte de la comodidad y lograr que todo funcione a miles de kilómetros de casa es una sensación casi inexplicable, quizá, alguno que otro día tengas que hablar con tu madre o conocidos para saber como es que funcionan las cosas, pero una vez que descubres como hacerlo por tu cuenta, empiezas a crecer, y es ahí cuando sientes que puedes conquistar el mundo, o al menos el tuyo.

 

  1. ¿Qué idioma hablamos?

Nuevamente no es pretensión, pero, si vives en un país con una lengua extranjera, es común que te estés acostumbrando a esta, y a veces no encuentres las palabras correctas para explicar esa sensación, ya sea en tu lengua natal o en la nueva. Tener dos idiomas en la cabeza a veces es confuso y un poco a vergonzante, que no te preocupe si alguna vez confundes y empiezas a hablar y a pedir cosas por ejemplo, en inglés y español, esas muletillas a veces son muy difíciles de quitar. So, don’t worry y déjate llevar. 😉

 

  1. Dos de todo

Vivir con dos es parte de tu día a día. Dos direcciones, dos cuentas bancarías, dos tarjetas sim, dos números telefónicos, dos identificaciones, dos armarios, dos grupos de amigos (los que tienes aquí y los que tienes allá), dos kits de maquillaje, dos tipos de moneda que al final terminarás mezclando y pensando al momento de querer pagar algo.

 

  1. Ya nada es “normal”

Y de repente nos preguntamos ¿qué es normal? Lo que conocías en tu país es totalmente extraño en el otro, y eventualmente nos encontramos explicando porque necesitamos enchilarnos hasta con el desayuno. Y así, sucesivamente, vemos que, “normal” simplemente es algo social y culturalmente aceptado. Y después de un tiempo, te encuentras a ti aprendiendo nuevos métodos y formas de hacer las cosas, adoptando eso que en un principio creías raro y fuera de lo común.

 

  1. La paciencia llega poco a poco

Muchas veces hasta comprar un litro de leche puede convertirse en todo un reto, ni hablar de tramitar papeles, caminar por las calles si es que estas en Europa y estas cambian los sentidos, tomar un autobús o ir a algún centro de salud o encontrar una consulta. Los momentos de desesperación pueden llegar si no estás acostumbrado, pero tranquilo, pedir ayudar no es malo, es algo inevitable, y algo muy sano, pues pronto sabrás moverte con más facilidad y acostumbrarte a lo nuevo. La paciencia es una de las actitudes que mejor se desarrollan cuando mudas a otro lado.

 

  1. ¿Qué es el tiempo?

Como video de una canción triste, ves tu nueva vida pasar de aquí para allá, de repente, los nuevos amigos empiezan a marcharse. Y así las despedidas se hacen menos dolorosas, y empiezas a valorar los pequeños momentos. Aprendes que muchas cosas y personas solo son de paso, y entiendes un poco mejor el entre crear lazos para siempre y saber desprenderte de los recuerdos, eso si entre nostalgia y sentimiento. Sin duda, aprendes a valorar más el tiempo ya sea para estar con una persona o para hacer alguna cosa.

 

  1. La nostalgia llega en el momento menos indicado

Sí, todo puede ser risas y diversión en un principio, ya comienzas a acostumbrarte a que las personas se van y empiezas a aceptar el hecho de que tus viejos amigos y familiares no pueden estar tan cerca de ti como quisieras, todo parecer seguir sobre la marcha, y de pronto, una canción, un olor, un recuerdo repentino en tu memoria te inunden de sentimiento y añoranza. Da inicio a una serie de detalles que nunca imaginaste echar de menos tan profundo, desde tener una charla aburrida con tu amiga, hasta una salida interminable con tu familia a la casa de tu tía. Pero, sabes que, no te preocupes, es solo un momento de debilidad, y está bien, y es normal, significa que eres humano y que tienes sentimientos. Pero, no te quedes solo, haz una llamada, marca por Skype, hazles saber a esas personas que los piensas y que al igual que ellos también los echas de menos.

 

  1. El cambio es inevitable

No es un cliché, es un hecho. Vivir en otro país abre tu mente, quita miedos, cambia tus pensamientos y hasta tu forma de ser; mueve tu mundo, tus raíces y tus certezas. De repente ya no eres ni de aquí ni de allá, eres una nueva persona, tu interior está lleno de nuevas experiencias, que créeme, no querrás cambiar por nada.

 

  1. Emociones confundidas

Seguro has sentido esto antes y no sabes como describirlo, y es que realmente no hay palabras que lo descifren como tal, pero de repente, ya no extrañas un sitio o una persona como tal. Extrañas el lugar, el momento, la persona, la experiencia, el detalle, la canción de fondo, el sabor de la bebida, una conjugación de todo que no sabes ni como, pero en tu pecho se sienten amontonados, con ganas de salir todos a la vez, sientes que quieres ponerlos en una mesita y acomodarlos, y darles su tiempo a cada uno, pero nada es igual, y no importa, no puedes tener todo a la vez. Ahora solo sabrás que en cada lugar, en cada persona, se quedará un pedacito de quién eres y de quien fuiste, y así regresas a los puntos anteriores, pero sabes que, a pesar de todo, no cambiarías ni el cuándo, ni el quién, ni el cómo, ni el mucho menos el por qué.

 

  1. No hay marcha atrás

La decisión está hecha. Al principio algunos te decían lo valiente que eras al dejar todo y marcharte, ya que no todos se atreven a cambiar, pero ahora sabrás que la valentía está sobrevalorada, que una gran parte de las decisiones que tomamos son por la ganas que se tienen de hacer la cosas. Ya sabrás lo que es renunciar a todo y comenzar desde de cero. Ya sabrás lo grandioso que es maravillarse del mundo todos lo días, lo genial que es encontrar nuevos amigos de otras partes y de tu mismo país, compartir tus gustos y costumbres. Ya sabrás lo que es estar lejos de casa y saber que alguien te espera allá, y que tal vez alguien no quiere que te vayas de aquí. Ya sabrás lo que es estar entre dos mundos y poder dividir tu vida para no perder quien eres. Ya sabrás que fue una de tus mejores decisiones en la vida y que no dudarías en volverlo hacer una y otra vez.

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